Porque debe, eso es así. Todo debe de existir, lo benigno, lo bueno, lo malo, lo maligno y las bazofias de magnitud… Ahora, el truco está, en que todos, todos ―sí, todos― debemos estar capacitados para saber donde estamos parados; y es allí, donde radica la fría intemperie del desierto de la humanidad.
No se educa a la población para pensar, se la educa para no hacerlo, para ser parte del sistema, pero no para reclamarle nada a él. Pero no hablamos de la educación institucional; la misma no es tan importante en cuanto a la capacidad de pensamiento crítico, ésta debe de surgir de la sociedad en si misma, como acto de rebeldía evolutiva… El saber conlleva a no saber, pero a querer saber más, para solo saber que no sabemos casi nada… Pero esa nada que sabemos, puede hacer la diferencia.
¿Entonces porqué no lo hacemos? Simple, aprender a pensar por sí mismo, es también entender de que en la vida tenemos que tomar decisiones, y que ellas conllevan consecuencias… de las cuales también tenemos que hacernos cargo… Pensar por sí mismos es, en definitiva, un acto de rebeldía; hacernos cargo de nuestra propia vida, de sus decisiones, de sus consecuencias, de nuestros logros, de nuestras victorias, pero por sobre todo de nuestras derrotas y de la deconstrucción que ello conlleva…
-Yo lo hago!!!
Pues te aseguro que estoy casi seguro, de que no. La facilidad con la que el ser humano busca la tercerización de la culpa está altamente expandida, como un cielo encapotado en la vieja Inglaterra, que se refleja bajo la sombra de un aguachar; todo ser humano refleja.
«La culpa es de los políticos», «de la justicia», «del joven», «del villero», «del viejo», «de la izquierda», «de la derecha», «de mi ex», «de mis padres», «de la chorra», «del presiduende», «de Dios», «del Diablo»… «De la economía», «del argentino», «de la Argentina», «del Diego», «de Lio», «de Perón»… «70 años de peronismo» ¿? y «somos dignos y superiores… moral y físicamente»… La ignorancia brota por cada poro, el sudor pierde su sal cuando surge del descaro…
Entonces, al fin y al cabo, ¿la meritocracia es la válida? No, la meritocracia es el último gran invento del neoliberalismo para que toda lágrima apunte hacia uno mismo. Los triunfos son gracias al sistema y las derrotas son por tu incapacidad, tu incompetencia, tu falta de esfuerzo… la clásica: «El pobre es pobre porque quiere…». Tener la capacidad de pensamiento crítico, nos hace ver de que somos responsables ―también― del sistema que nos rodea… Y de su funcionamiento, y de su conversión para que el mismo se desempeñe para nuestro bienestar general y no nosotros para él y, a través de él, para una pequeña elite mundial. La vida activa debe de estar cobijada con la vida contemplativa. Ambas deben de subsistir bajo un mismo cielo, en un mismo ser…
El mayor triunfo de Pinochet no fue hacer un golpe de estado, con los recursos necesarios, cualquiera puede hacerlo. El mayor triunfo fue ideológico, convencer a una gran parte de la sociedad chilena de que era pobre porque quería ser pobre, de que si salía a las calles a manifestarse era «zurda» o «comunista» (y que ser «eso» es lo malo) y de que pertenecía a la clase media porque podía sacar a cenar a la familia una vez por mes… Mientras menos del 1% de la población ―aún hoy― se continúa enriqueciendo cada día más, a cambio de la miseria del 99%. Una sociedad a la chilena, una sociedad que trabaja casi toda su vida ―sin saberlo― para el sistema financiero, es la que quieren crear en nuestro país… La que están logrando crear… Que vivas para pagar, hasta dos suspiros antes de la expiración, los servicios básicos, el alquiler, los medicamentos de tus ancianos y los intereses de la deuda… La vida de vivir, no es apta para vos… Salir a cenar, viajar, comer helado, asado, sonreír… esta prohibido para vos, clase baja que se piensa clase media… «Porque el que se cree ser algo, no siendo nada, a sí mismo se engaña.»
La generación de la ignorancia: Los libertarios son, principalmente sus referentes juveniles, actores paupérrimos de la sociedad, pero sin embargo, reflejo de la existencia de una juventud criada bajo el cobijo de una pantalla. Desconocen por completo el funcionamiento del Estado, carecen de empatía, todo su ángulo de visión se mide en pulgadas, cero cultura general, cero en historia, cero en economía, cero en la vida, diez en estupidez, mil en ignorancia…
La inyección de odio, dosis de años y daños, ha dado sus frutos… ¿Ahora?, ¿Cómo se vuelve de allí…? ¿Se puede?.. ¿Cómo se resuelve el suicidio colectivo de la clase media argentina?, ¿A la chilena?, creyéndonos que somos lo que no somos y, cuando no somos lo que creemos que somos, inculparnos hasta el hartazgo porque en definitiva… «El pobre es pobre porque quiere…».