No somos racistas, pero los que venían a evitar que nos conviertiéramos en Venezuela, no solo nos han hecho pasarla por arriba con respecto al desempleo, caída de la actividad económica, de la producción e inflación, sino que venden nuestras empresas, empresas cruciales y esenciales para el correcto funcionamiento de cualquier país, a un venezolano… Más Argenzuela no se puede…
Pero Jason Arceneaux no peca por ser venezolano, sino por figurar entre los aportantes a la campaña de Donald Trump, un pobre anciano radicalizado con un cerebro quemado que solo está generando un caos económico en todo el mundo.