Søren Kierkegaard decía que «El ser humano es tan libre que puede escoger su propia esclavitud», pero eso no es todo, sino que incluso, hoy, vivimos en una sociedad que pelea mucho más por ser esclava que por su propia libertad, independencia, soberanía, autonomía.
Nos encontramos lejos, muy lejos, lejísimos de «dejar de ser perro…», como diría Arturo Jauretche. La manipulación mediática, la posverdad y la incapacidad de identificar realidad con ficción ha generado una sociedad indiferente, deshumanizada… un esclavo satisfecho con ser esclavo…
Y cuando pensás que no se puede caer más bajo, aparecen personajes rancios que sin ningún fundamento ni método científico nos dice que los que pensamos, los que estudiamos, los que leemos, los que buscamos más profundo, los que deseamos un mundo mejor -pero para todos- estamos infectados por un parásito cerebral… Deshumanizar es el objetivo, lograr que la ignorancia sea igual que el conocimiento, dar un sentido de pertenencia al esclavo alegre, que no quiera ni crea ni desee: pensar….
Estamos siendo testigos de la primera generación «cabeza de meme«, incapaces de discernir entre realidad y virtualidad, incapaces de pensar por si mismos, incapaces de profundizar, esclavos del peor de los miedos: El miedo a la vida, al vivir, a pelear por sus sueños… Tanta incapacidad se refleja en odio, un odio sideral, radical, pero sobre todo, ignorante… Incapaz de identificar su origen o su fundamento porque mirar para dentro no es una opción…, vivir deja de ser una tortura si el otro vive peor, o sufre más o es víctima de un Estado ausente o «presente», cuando se reprime a quien ya nada tiene por perder o se le roba (porque ese es el término correcto) la mercadería a un vendedor ambulante y aplaude a un corrupto evasor.
¿Hemos tocado fondo?, puede existir algo peor que una bazofia libertaria e ignorante? como diría Alberto Pavon Conde, la sociedad «toco fondo y siguió escarbando«… Todavía podemos escarbar más, hace 10 años dijimos que había que bajarse del sistema cuando la generación de cristal asumiera el poder porque iban a destruirlo todo, estaban incapacitados de distinguir ficción de realidad y tenían un miedo terrible a vivir… Y nos equivocamos, solo les bastó cumplir la edad necesaria para ejercer su derecho al voto y demostrar su incapacidad de pensamiento crítico. ¿Podemos escarbar más aún?, sí, la siguiente generación viene con un «ser de luz» o «indigo» de sobrenombre… Y no es necesario mucha lectura, ni mucho sentido común para comprender que si se le convence desde la cuna a un ser humano que no es un humano, sino un «ángel», un «ser de luz», un «indigo», cuando salga al mundo real estará incapacitado para comprender y reconocer(se) que es solo uno más entre más de 8 mil millones. Ni hablemos de distinguir realidad por sobre ficción, como si esto fuera poco, sabemos lo que pasa cuando un ser humano se cree un «ser superior» o de una «raza superior»… Para muestra: bigote de cepillo de dientes…
Entonces, si no hacemos nada, ¿hasta allí podemos caer? No, podemos seguir escarbando. La naturaleza es sabia y siempre, pero siempre, optimiza los recursos… ¿Sabes qué es lo que hará la naturaleza con las generaciones Alfa y Beta, las primeras bajo la influencia directa de la IA en sus padres? simple, el IQ, que ya viene disminuyendo generación tras generación desde 1975, tendrá una drástica caída porque, para la naturaleza, lo que no se usa no debe de existir y nuestras futuras generaciones no «necesitarán» ese coeficiente intelectual que sus padres han volcado a la IA; lo que no existe, no se puede utilizar ni recuperar…
Sino revertimos esto ya, ahora, el futuro de nuestra especie estará en riesgo. Obnubilada por su propia esclavitud, sin preguntarse nada ni dudar de nada… Una existencia muerta, sin vida en vida…