Así es, si eres uno de los brillantes inversores liberbobito que el fanático menemista estafó, es bueno que te informes que, mientras vos te ves obligado a agachar la cabeza para no reconocer (y reconocerte) que la bazofia libertaria es solo eso, una bazofia estafadora en todos los sentidos posibles, en la ciudad de New York la mayor estafa del mundo cripto ha llegado a su Corte Suprema.
Promovida por el estudio Burwick Law, la demanda colectiva se hizo efectiva y apunta contra las firmas contra las firmas Kelsier, KIP, Meteora y, lógicamente, el fanático menemista porque su participación dio «una apariencia de legitimidad y una falsa confianza en el potencial económico del token».
En la misma también se solicitan medidas cautelares y que, por fin alguien con medio dedo, que se nombre un Administrador Judicial para asegurar los activos de los inversores restantes…
Además acota que “los demandados no informaron a los compradores potenciales sobre las verdaderas estructuras de liquidez, el control interno sobre el suministro de tokens ni los mecanismos deliberados que permitían a los expertos monetizar las tenencias de tokens en secreto”.
Vale acotar que el poco conocimiento en profundidad sobre el mundo cripto se deja ver aún en estudios tan importantes de abogados como Burwick Law, porque el detalle más específico que deja en claro que la intención era literalmente estafar a los inversores liberbobitos, fue la blacklist que bloqueo a las billeteras que tenían más de u$s 1.000.- dólares de ganancias de vender el token.